España, al igual que otros países de la Unión Europea, se está observando un incremento de personas que deciden radicalizarse a través del discurso yihadista. La mayoría de los yihadistas en España son de nacionalidad marroquí, pero se observa que gran número de estos pertenecen a segundas generaciones, han nacido en España pero son de descendencia marroquí.
Un estudio del Real Instituto Elcano señala que hay cuatro zonas donde se concentran las detenciones durante estos últimos años y son: Barcelona, Ceuta, Madrid y Melilla. En estas zonas reside algo más de una tercera parte de los musulmanes que viven en España, por lo que los detenidos por radicalización duplican a la población musulmana respecto al total nacional. El motivo principal de que unos musulmanes se radicalicen y otros no es la existencia de vínculos sociales previos con otros individuos radicalizados, como muchos podrían pensar, ya sea cara a cara o también ‘on line’.
Según el estudio sobre radicalización antes mencionado, nueve de cada diez yihadistas radicalizados en España lo hizo en grupo, siendo el resto radicalizados en solitario. Entre los radicalizados en grupo, el 86,9% de los individuos estuvieron guiados por algún agente de radicalización siendo un 73% de los casos personas que mantuvieron un contacto cara a cara con ese agente radicalizador.
Con esto quiero destacar el gran trabajo que llevan a cabo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (FFCCS) y el Centro Nacional de Inteligencia en las investigaciones en los últimos años. Pero hay un papel primordial que aún esta por desarrollar y que ayudaría muchísimo a evitar la radicalización de más individuos y es que la sociedad, y en concreto algunos actores sociales, tengan formación y conocimiento sobre indicios de radicalización y puedan detectar a tiempo que alguien esta siendo radicalizado y evitar que no salga a la luz cuando es detenido por la Policía.
La familia, amigos, comunidad educativa, educadores y trabajadores sociales del ámbito penitenciario, criminólogos y la comunidad sanitaria pueden realizar un papel importantísimo en la detección de estos individuos radicalizados. Si se les da la formación necesaria para poder detectar esos indicios y cambios que tienen en su vida cuando empiezan a radicalizarse evitaríamos muchos casos de radicalización.
Un claro ejemplo de dar formación a centros educativos es porque se ha venido observando que los individuos que han cursado estudios de educación secundaria triplican a los que no pasaron de una escolarización primaria. Igualmente se puede observar un gran número de individuos que entran a los centros penitenciarios por delitos comunes y son radicalizados en el mismo centro y los trabajadores en este ámbito por falta de formación no son capaces de poder evitar esa radicalización y tampoco poder saber quien es ese agente radicalizador para evitar futuras radicalizaciones.
Conforme se va intensificando su radicalización empiezan a limitar el contacto con mujeres fuera del ámbito familiar, pudiendo llegar a abandonar actividades por el simple hecho de que sean mixtas. El Ministerio del Interior es conocedor de que la ayuda ciudadana es muy importante y dentro del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) se ha creado el Centro de Coordinación de Información sobre Radicalización (CCIR), donde el ciudadano podrá aportar información sobre posibles casos de radicalización, ayudando a prevenir, detectar y neutralizar brotes o focos de radicalismo violento. Cualquier ciudadano que tenga información que pueda ayudar puede mandarla mediante:
La web Stop Radicalismo: https://stop-radicalismos.ses.mir.es
La aplicación Alertcops para dispositivos móviles
El correo electrónico: stop-radicalismos@interior.es
Y el teléfono 900 822 066
Consecuencia de todo esto es que veamos el gran trabajo que realizan nuestras FFCCS a través del número de detenciones, pero también hay que ser conscientes de otra consecuencia menos mediática. Y es que las personas que viajaron a países como Irak o Siria para unirse a organizaciones yihadistas muchas de ellas mueren en el terreno pero otras deciden volver a España o a su país de origen después de una larga temporada en estos pseudo-estados creados por Daesh.
(https://stop-radicalismos.ses.mir.es)
Vuelven a nuestro país porque o bien tienen nacionalidad española, permiso de residencia o bien porque tienen algún vinculo familiar en España.
Según fuentes del Ministerio del Interior, al menos 200 personas procedentes de España viajaron a las áreas de conflicto para unirse a estos grupos. Sobre un 20% regresó, por lo que conlleva un mayor riesgo para la seguridad de España porque estas personas debido a la instrucción y adoctrinamiento recibido en estos países pueden dedicarse a reclutar o radicalizar a un mayor numero de personas.
Para finalizar, destacar la importancia una vez más de dar la debida formación sobre radicalización a los agentes sociales que son los que más nos pueden ayudar con la prevención del radicalismo de etiología yihadista. La figura del criminólogo en este tipo de trabajo es fundamental, ya no solo para ser un actor social formado en detección de indicadores de radicalismo sino también para formar a profesionales preparándolos para el trabajo preventivo.
Referencias:
Fernando Reinares, Carola García-Calvo y Álvaro Vicente. ARI 62/2017 – 8/8/2017. Dos factores que explican la radicalización yihadista en España.
http://www.realinstitutoelcano.org
http://www.interior.gob.es
Jesús Martínez.
Criminólogo, analista de conducta y miembro del Grupo de Trabajo Prevención del Terrorismo del Colegio Profesional de la Criminología de la Comunidad de Madrid.