Desde hace unos años, el terrorismo internacional, de etiología yihadista principalmente, es uno de los mayores problemas de seguridad para España. Por esta razón, el 26 de febrero, aparece publicada, en el Boletín Oficial del Estado, la Orden PCI/179/2019, de 22 de febrero, por la que se publica la Estrategia Nacional contra el Terrorismo 2019 (tras su aprobación por el Consejo de Seguridad Nacional), documento que surge con la voluntad de formar el marco político estratégico en la lucha contra el terrorismo y el extremismo violento y que, por primera vez, tiene un carácter eminentemente público.
Dicha estrategia viene a suplir a su antecesora, la Estrategia contra el terrorismo Internacional y la Radicalización (EICTIR) de 2010, Estrategia dirigida sobre todo al terrorismo de la organización terrorista AL QAEDA.
La irrupción de la organización terrorista DAESH y, concretamente su declive territorial actual en Siria e Iraq, acompañado del fenómeno de los combatientes terroristas extranjeros (CTE) -españoles o residentes en España que se desplazaron a zona de conflicto para incorporarse a este tipo de organizaciones- y los atentados acontecidos en los últimos años en suelo europeo, y español en los casos de Barcelona y Cambrils, hacen precisa la evolución hacia esta nueva Estrategia.
Pero, ¿Cuál es el origen de Daesh? ¿Y sus objetivos? ¿Qué escenario nos espera ahora tras la perdida territorial de Daesh y la retirada de las tropas estadounidenses de Siria? ¿Y en España?
ORIGEN DE DAESH
Como toda organización terrorista, debemos de buscar el germen del origen de Daesh. Por un lado, debemos de tener en cuenta que el origen del propio Daesh esta en Al Qaeda, aunque con una evolución del yihadismo violento de estos últimos. Por otro lado, es producto del contexto sociopolítico que tenemos desde hace unos años en países como Iraq y Siria.
Debemos de remontarnos al año 1988 cuando Osama Bin Laden decide crear Al Qaeda al Askariya (la Base Militar), por lo tanto, Daesh no es más que una rama subversiva de la propia Al Qaeda con aspiraciones de magnificencia.
Tenemos que irnos a Afganistán y a la ocupación soviética (1979-1989) en donde miles de jóvenes afganos y jóvenes de diversas procedencias dentro del mundo musulmán, se incorporaron como muyahidín en una “guerra santa” contra el infiel (contra el comunismo de la Unión Soviética en aquel entonces)
Ese “ejército” rebelde fue apoyado por la administración americana en cuanto a financiación y armamento, además de por Pakistán y sobre todo Arabia Saudí, este último con grandes pretensiones en promover la expansión de wahabí más fundamentalista.
Para seguir entendiendo los orígenes de Daesh, debemos de hacer mención de Abu Musab al Zarqawi. En 1999 crea el grupo radical “Jund al Sham” que en pocos meses se transforma en “Yama´at at Al Tawhid wal Yihad”.
Uno de los primeros golpes del grupo fue contra Estados Unidos. Lawrence Foley, empleado de la Agencia estadounidense para la Ayuda Internacional y el Desarrollo (USAID), fue abatido a tiros en la ciudad de Amán (Jordania) en octubre de 2002. Al Zarqawi intentaba, a pesar de que los americanos ya habían invadido Afganistán en 2001, centrar su esfuerzo en crear un estado islámico en Jordania.
Siguieron ataques de Al Zarqawi como el coche bomba contra la Embajada jordana en Bagdad o contra el edificio de la ONU, todos ellos en 2003.
En octubre de 2004, Al Zarqawi declara su lealtad a Bin Laden cambiando la denominación del grupo a “Al Qaeda en Iraq”. El 7 de junio de 2006, las tropas estadounidenses abatieron a Al Zarqawi empezando un ligero declive dentro de la organización.
Con unos años de cambio de líderes en la organización, en 2010 se hace cargo de ella Abu Bakr Al-Baghdadi, cambiando la denominación a Estado Islámico de Iraq. Al-Baghdadi quiso aprovechar la guerra de Siria para realizar brutales atentados terroristas y, así, poder expandir su grupo, pero esa intrusión en territorio sirio no gustó mucho a la facción de Al-Qaeda en Siria, Al-Nusra. En 2013, Al Bagdadi se une a otros grupos terroristas para crear el “Estado Islámico de Iraq y Levante”, una decisión que Al Qaeda rechaza por lo que toma la decisión de expulsar a Daesh de su organización de filiares. El resto de la historia es de sobra conocida. El primer anuncio de Al-Bagdadi, el 29 de junio de 2014, es declarar la independencia de su organización y proclamar su soberanía sobre Iraq y Siria, así como se autoproclama califa con el nombre de Ibrahim. En apenas unos meses controla ciudades iraquíes como Faluya y Mosul. Más Tarde caerá Raqqa, en Siria.
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Por el camino, nos hemos acostumbrado a verdaderas atrocidades contra el pueblo iraquí, contra personas secuestradas, con retrasmisiones prácticamente en directo al ser ejecutadas, contra atentados terroristas en suelo europeo o, contra los exterminios de comunidades minoritarias como paso con el pueblo yazidi.
OBJETIVOS DE DAESH
El principal objetivo de Daesh fue el de implantar, como mucho, a medio plazo, el califato en Siria e Iraq y en los territorios adyacentes a estos para después llevar este califato a escala mundial. Sin olvidar un segundo objetivo, como es la imposición de su interpretación de la sharía. Ese califato, estaba diseñado para, en un corto futuro, tener una estructura suní, estable, con administración, instituciones, organigrama (gobierno, jueces, funcionarios) y fondos (contrabando de petróleo, impuestos, ayudas extranjeras, tráfico de armas y de arte)
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SE ABREN NUEVOS ESCENARIOS
A pesar de la perdida territorial actual, Daesh trata de reorganizarse a nivel internacional. La derrota territorial no supone la extinción de este grupo terrorista ni mucho menos, al contrario, están intentado reorganizarse en zona de oriente medio y potenciando otros escenarios en distintos continentes.
En lo que se refiere a zona de ORIENTE MEDIO, en Siria, prácticamente, Daesh no ha cesado su actividad, actividad desde el punto de vista de actuaciones de una guerra al más puro estilo tradicional, mientras que, en Iraq, el grupo terrorista opera más como una red clandestina, red que, según fuentes de inteligencia, tratan de afianzar y ampliar para seguir con sus acciones terroristas por todo el país.
ÁFRICA, en la franja del SAHEL en concreto, es otro de los puntos a tener en cuenta en la escalada terrorista de Daesh, con la salvedad de que aquí nos encontramos con el factor Al Qaeda, actualmente en un proceso de nuevo emergente, pero con una estrategia muy distinta de la de Daesh en lo referente a objetivos terroristas y, también, con el problema en cuanto a la debilidad de las fronteras de los países de la franja. En definitiva, los ingredientes perfectos para la expansión de los principales grupos terroristas del momento y para la aparición de otros grupos, así como, lugar propicio para la trata de seres humanos y su incidencia inmediata sobre España como puerta de entrada a Europa. Otro de los puntos, a tener en cuenta, fuertemente amenazados por la presencia de Daesh en África, es LIBIA y el norte de el Chad.
Por otro lado, en zonas de AFGANISTÁN y PAKISTÁN, el apoyo a Daesh se cuenta por pocos para poder consolidar una estructura real, pero, aun así, el grupo terrorista se encuentra en situación de poder ejecutar acciones terroristas de cierta magnitud apoyándose en otras redes locales del país.
Otras de las regiones en donde Daesh esta teniendo últimamente presencia es en la zona asiática, en concreto en el ÁREA CENTROASIÁTICA; igualmente, la presencia del grupo terrorista en Filipinas, ZONA ORIENTAL ASIÁTICA, en los últimos dos años ha ido en crecimiento con terribles atentados contra catedrales y zonas de ocio. Igualmente, debemos de poner el foco en la ZONA SUR DE ASIA tras el feroz ataque vivido en Sri Lanka el pasado veintiuno de abril de dos mil diecinueve en donde casi cuatrocientas personas perdieron la vida en distintos atentados simultáneos en centros de culto y hoteles de lujo. Debemos tener en cuenta que es una zona en donde los grupos terroristas están teniendo en los últimos tiempos una mayor incidencia; apenas unos días antes de los grandes atentados de Sri Lanka, el propio Al Zawahiri, líder de Al Qaeda, lanzó un llamamiento a los trabajadores de medios de comunicación afines a la lucha de su grupo diciéndoles que son parte esencial de la resistencia yihadista frente a la campaña de los cruzados frente a la Ummah islámica y, más recientemente, la agencia de noticias de Dáesh, Al Amaq, ha anunciado en un comunicado que el grupo terrorista amplia su red internacional y anuncia la creación de una provincia en la India.
PREVENCIÓN EN ESPAÑA
Pero, volviendo a España, ¿hacia donde debemos de mirar para prevenir y combatir la nueva forma que adopta el terrorismo de Daesh y de otros grupos?
Por un lado, debemos de seguir luchando por la prevención de ataques terroristas, trabajo que efectúan magistralmente nuestro sistema judicial y Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado e Inteligencia aun sabiendo que la prevención total no es posible; pero, además, debemos de poner el foco en uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos: al reclutamiento de nuevos adeptos.
Actualmente, tenemos varios focos a los que debemos combatir si queremos prevenir futuros ataques terroristas:
– Reclutamiento a través de las redes sociales, aunque si bien, debemos de apuntar que este tipo de captación a caído respecto a periodos anteriores en cuanto a actividad.
– Reclutamiento cara a cara en entornos cerrados, como puedan ser posibles lugares de culto clandestino o viviendas particulares.
– Reclutamiento en nuestros Centros Penitenciarios, foco altamente activo en donde debemos de prestar una especial atención al interno penado por delitos comunes que se han convertido en potenciales captados por su vulnerabilidad dentro de prisión. Decir que, en estos casos, es primordial la colaboración de la Sociedad con el Estado en materia de prevención desde los distintos Actores Sociales especializados.
A estos tres focos actuales de reclutamiento terrorista, debemos de añadir dos puntos altamente importantes en cuanto a una posible materialización de ataque terrorista y a los que la nueva Estrategia, a la que se alude al comienzo de este artículo, concede un espacio importante dentro de la misma:
– Auto-radicalización de actores solitarios y/o células en territorio español.
– El reto de cómo hacer frente al fenómeno de los combatientes terroristas extranjeros, principalmente, a los retornados a nuestro país desde zona de conflicto.
Este último punto, clave para la nueva Estrategia, es también clave para la prevención de futuros actos terroristas en España. Fuentes de Inteligencia, calculan que alrededor de dos centenares de personas -hombres y mujeres- dejaron atrás nuestro país para combatir bajo las siglas de Daesh. Una vez acrecentada la perdida de control territorial de Daesh en Siria e Iraq, estamos ante la posibilidad de que, aquellos que aun estén con vida y que no estén recluidos en algunas de las prisiones al efecto, puedan regresar a territorio nacional altamente radicalizados.
Pese a los estrechos controles de las fuerzas de seguridad, debemos de tener en cuenta que cabe la posibilidad de que alguno de ellos pueda entrar en territorio español sin ser detectado, por ello, es importante el trabajo de los Cuerpos y fuerzas de Seguridad y su colaboración estrecha con la Inteligencia nacional, además, de la cooperación internacional, tanto con países del entorno Unión Europea como con nuestro vecino más inmediato por el sur, Marruecos.
En definitiva, debemos de tener claro que, pese al declive territorial, NO debemos de dar por vencido a Daesh, debemos de seguir luchando en la prevención del reclutamiento, la radicalización y el extremismo violento en redes sociales, centros de culto o reuniones clandestinas y, en nuestros centros penitenciarios, además de poner el punto de mira en aquellos CTE que pueden retornar en estos momentos a España. Igualmente, es básico no perder de vista a otros grupos terroristas incipientes o al mismo Al Qaeda, a los que los servicios de inteligencia empiezan a dar una mayor importancia tras el “letargo” de estos últimos años.
Ramón M Chippirrás
Criminólogo Doctorando en Criminología y Analista de Inteligencia
Vicesecretario del Colegio Profesional de la Criminología de la Comunidad de Madrid