El presidente de la comisión de Recursos del Colegio Profesional de Criminólogos de la Comunidad de Madrid, el sargento de la Guardia Civil Jorge Pacha, ha sido protagonista esta semana de la actualidad. Ha presentado ante los medios de comunicación, junto a su equipo y el delegado del Gobierno en Madrid, el equipo Pegaso, dedicado a vigilar los drones y otro tipo de aeronaves pequeñas que surcan nuestros cielos.
La unidad que dirige Jorge Pacha, creada en 2015 para vigilar ha detectado ya y propuesto para sanción a decenas de drones volando sin autorización en la región, además de varias pistas clandestinas de aeronaves. La popularidad y proliferación de los drones ha venido ocasionando diversos incidentes que han afectado a la operativa aérea tradicional, generando un riesgo potencial y causando una sensación de inseguridad en los diferentes usuarios del espacio aéreo. Ello viene originado principalmente, por la falta de concienciación y conocimiento sobre la reglas de circulación aérea vigentes por sus dueños, ya sean de tipo profesional o recreativo.
De hecho, desde su puesta en marcha, se han apreciado diversidad de incumplimientos, en su mayoría por la falta de documentación, ausencia de placas identificativas de los sistemas, pilotaje a distancias inferiores a las permitida en los aeródromos sin acuerdos de coordinación o volar en situación de emergencia sin la autorización preceptiva.
Por ejemplo, este equipo ha participado este verano en el control y vigilancia de los festivales de música Summer Story de Arganda, FIB, Arenal Sound o el Dreambeach y otros eventos como la Vuelta Ciclista a España. Precisamente, en esta prueba detectaron e inhibieron un dron en la etapa del Caminito del Rey (Málaga) , ya que podía poner en riesgo a los helicópteros que siguen la Vuelta.
El auge de este tipo de aeronaves propició que el pasado mes de diciembre entrara en vigor el Real Decreto 1036/2017, estableciéndose una seria de obligaciones y responsabilidades en lo que se refiere a los pilotos y usuarios de este tipo de herramientas. Las sanciones se diferencian si el dueño del dron infractor es particular o depende de una empresa especializada, cuyas sanciones podrían superar los 4.500 euros.
Pero la función principal del equipo Pegaso es la prevención. Así, a través de distintos foros los agentes se dedican a concienciar a los ciudadanos de que el uso de drones requiere unos mínimos de conocimientos y los riesgos existen porque pueden colisionar con otras que lleven pasajeros. Además, está prohibido su uso en un radio determinado cercano a los aeropuertos.
“Los profesionales conocen muy bien la normativa específica de uso de drones, pero no saben nada del uso de drones en emergencias, como que en incendios no se pueden usar. Hay otra normativa en medio ambiente que afectan bastante. Otro tipo de eventos son las grandes concentraciones humanes, en los que se publican áreas restrictivas temporales para evitar que la gente vuele un dron día a unas horas concretas”, ha relatado Pacha.
Pero cuando toda la prevención falla, la unidad se dedica también a apoyar la investigación en materia administrativa de los accidente e incidentes con este tipo de aeronaves. Desde el punto de vista técnico lo investiga la CIAIAC y la parte judicial la lleva la ETPJ. El trabajo en este aspecto está siendo muy relevante y así lo indican las cifras, ya que este año hay una siniestralidad cero en ultraligeros. Además, sus usuarios están anotando los vuelos en sus cuadernos de viaje, cosa que antes no hacían.
Además, se han reducido en un 90 por ciento los visionados de drones en el entorno de Barajas, un buen dato teniendo en cuenta el aumento de su uso por parte del sector civil. Este año solo se ha detectado un posible dron en este aeropuerto. “Mucha gente piensa mucha gente que no se puede volar en el espacio aéreo controlado de Barajas sin comunicación ni autorización previa, pero no saben que tiene un radio aproximado de 25 kilómetros”, ha concluido el sargento jefe.
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