agosto 24, 2018

Miradas que mienten

by Victoria Pascual in Artículo de Criminología

“Espero que estén en algún lugar seguro y si alguien las tiene y no están seguras, las quiero de vuelta ahora mismo”

Estas palabras eran pronunciadas el pasado 18 de agosto (2018) por Chris Watts, trabajador de la empresa petrolera norteamericana Anadarko Petroleum y padre de dos niñas de 3 y 4 años, en una entrevista realizada por un conocido canal de noticias norteamericano. Su mujer Shanann Watts, embarazada de varias semanas de gestación, y sus dos hijas habían desaparecido sin dejar rastro.

La investigación policial comenzó cuando un amigo de la familia denunció la desaparición de las tres mujeres, llevando el pasado miércoles a la policía de Colorado (EEUU),  a detener al padre y marido de las desaparecidas.

El propio Watts, una vez detenido, confesó haber matado a su esposa. Según su propia confesión, sufrió un acceso de ira tras haber visto a su esposa estrangulando hasta la muerte a una de sus hijas a través de un intercomunicador  de bebés dotado de vídeo. En su camino, siempre según él, hacia el lugar de los hechos para intentar salvar a su hija pequeña, pudo comprobar que también había muerto su hija mayor. Según él, estos acontecimientos lo enajenan de tal forma que asesina a su mujer. Tras esta confesión, el presunto homicida, indica el lugar donde escondió los cuerpos: dos localizaciones distintas dentro del terreno perteneciente a la empresa petrolífera donde trabajaba.

La posterior realización de la autopsia  muestra que algo no cuadra en la historia contada por Watts. Los cadáveres de las niñas revelan que fueron asesinadas, al menos, un día antes que la madre.

Ésta y otras evidencias llevan a la policía a arrestar a Watts, el cual está actualmente acusado de triple homicidio y se enfrenta a una posible, aunque poco probable, pena de muerte.

Este suceso ha levantado revuelo en la sociedad norteamericana y mucha sorpresa entre los más allegados a la familia que, de confirmarse la acusación, nunca creyeron capaz de una atrocidad así al acusado de los homicidios.

A este lado del charco, aparte del rechazo que supongo habrá provocado la noticia entre los enterados de la misma, este acto ha inspirado a la psicóloga y blogera del diario “20 minutos”, Alicia Martos, para publicar una interesante entrada al respecto sobre comunicación no verbal.

En su post, cuya lectura recomiendo, analiza los 7 minutos de vídeo (abajo) en los que el presunto asesino reclama la vuelta a casa de su mujer y sus hijas. En el momento de la entrevista ya había asesinado a su mujer, según su propia confesión y, supuestamente, a sus dos hijas. Es decir, en ese vídeo es muy posible que mienta.

Alicia destaca su falta de expresividad y la ausencia de gestos que acompañan a emociones típicas que sufren las personas que están viviendo la desaparición de sus familias tales como la tristeza, la desesperación o la ansiedad. Contrario a esto, Chris denota gestualmente (a mi entender) una anómala seguridad en sí mismo dadas las circunstancias, con una reveladora desconexión emocional con los hechos que está relatando y adoptando, según la autora, una postura corporal de autoabrazo, lo cual puede indicar una necesidad de “reforzarse a sí mismo y autoproporcionarse confianza y ánimo emocional”

Alicia invita a sus lectores a buscar más gestos propios de la comunicación no verbal que estén relacionados con la mentira. En mi búsqueda de dichos gestos recordé que hay autores relacionados con la PNL (Programación Neurolingüística) que afirman que cuando recordamos (o fingimos recordar) algo que nunca sucedió (es decir, mentimos), dirigimos siempre la mirada hacia arriba y hacia la izquierda ( si somos diestros) y hacia arriba y hacia la derecha (si somos zurdos)

Así pues, me he entretenido en analizar el vídeo de nuevo deteniéndome en los momentos en los que el entrevistador le pregunta al acusado sobre hechos acontecidos en el pasado y sobre los que, según parece, miente. Sin embargo, no he sido capaz de relacionar el movimiento de los ojos del entrevistado con los momentos en los que supuestamente está mintiendo. 

Esto me ha llevado a la siguiente pregunta, ¿es cierto que nuestros ojos pueden delatar nuestras mentiras?

Según un estudio publicado en la revista científica digital “Plos One” , no es así. Al parecer, publicaron un estudio, del cual también recomiendo su lectura,  en el que grababan para su posterior análisis los movimientos oculares a personas que mentían y decían la verdad y no se detectaron diferencias entre ellas. Además, hicieron otro experimento en el que informaban a la mitad del grupo sobre las teorías relativas a la detección del engaño a través de los movimientos oculares y a la otra mitad no. Tras esto se le pedía al grupo entero que detectara las mentiras en las grabaciones del experimento anterior. El porcentaje de acierto en ambos grupos, en el conocedor de las técnicas de detección del engaño a través del movimiento de los ojos y en el grupo que no las conocía, fue prácticamente igual, ascendiendo en ambos casos al 50% de acierto aproximadamente.

Por lo tanto, la controversia está servida: quizá las miradas también mienten, juzguen ustedes mismos.

Victoria Pascual, Criminóloga

 

Referencias: 

https://blogs.20minutos.es/comunicacion-no-verbal-lo-que-no-nos-cuentan/ 24/08/18

http://www.elmundo.es/internacional/2018/08/21/5b7bdc6dca47411f6f8b465c.html 24/08/18

http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0040259 24/08/18

http://www.atemooch.cl/colores-de-ojos-los-5-mas-sorprendentes/ IMAGEN 24/08/18

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