mayo 23, 2018

¿Planes de prevención? Una cucharilla, por favor.

by Victoria Pascual in Artículo de Criminología

 

Aunque la opinión generalizada es que un criminólogo se dedica, fundamentalmente, a la investigación criminal una vez cometido un delito o crimen, nosotros sabemos que una de las grandes áreas en las que podemos intervenir profesionalmente es el de la prevención del delito. De hecho, la expresión máxima de la Criminología bien podría ser conseguir, mediante nuestra intervención, que una persona no llegue nunca a convertirse en víctima de un delito y, más aún, conseguir que una persona no se convierta nunca en victimario.

Alcanzar semejante reto es una utopía pero deberíamos al menos, aunque hacerlo diera a nuestro trabajo cierto aire de epopeya griega, proponérnoslo tal y como han hecho los integrantes de la ONG británica Karma Nirvana.

Esta ONG está orientada a la prevención de un delito concreto, el cual consiste en un abuso por honor, como lo es obligar a una persona a contraer matrimonio contra su voluntad. El perfil de la víctima de este tipo de delito en el Reino Unido es el de mujer muy joven  perteneciente a una familia musulmana tradicional y practicante. Este tipo de víctimas reciben en sus casas una educación muy tradicional en el plano social, familiar y religioso y,  sin embargo, al estar expuestas a un tipo de educación diferente, más tolerante, cosmopolita, diverso y abierto, dado que viven en el Reino Unido, no siempre tienen arraigadas las enseñanzas y tradiciones que desde su familia les inculcan. Esta dicotomía cultural, entre otras variables, puede hacer que las víctimas no quieran seguir los preceptos y tradiciones que sus familias quieren imponerles como, por ejemplo, acceder a un matrimonio no deseado,  aunque el miedo a las consecuencias que negarse a ello puede acarrearles, a ellas y a sus familias (castigos físicos o psicológicos, aislamiento, deshonra familiar, etc.), hacen que accedan en contra  de sus deseos más íntimos o convicciones.

Dicha organización atiende cientos de llamadas al mes, tanto de víctimas como de profesionales del sector, en busca de ayuda o consejo. El volumen de llamadas  incrementa de forma exponencial cuando se acercan las fechas vacacionales de los colegios, dado que son estas fechas en las que las familias aprovechan para  viajar a sus países de origen con la intención de celebrar los matrimonios forzados. Siendo así, este plan de prevención, que lo es aunque no dimane del Gobierno (dato fundamental criminólogos porque son muchos los nichos de trabajo que tenemos como profesionales),  involucra a los colegios e  institutos del todo el país, puesto que estos que son un agente fundamental a la hora de detectar qué alumnas/os pueden estar convirtiéndose en víctimas de un delito relacionado con lo que se ha denominado como abuso por honor (matrimonios forzados, castigos por adulterio, etc.)

Así pues, esta ONG, ofrece su ayuda a las personas que son víctimas de abuso por honor tanto para evitar  que se celebre el matrimonio  o se perpetúe la situación de abuso que sufren de manos de sus familiares y allegados (prevención), como para el tratamiento de las víctimas (intervención post-delito, victimología)

Hasta aquí, esta historia podría ser un relato cualquiera de una de tantas organizaciones, asociaciones, o equipos relacionados con las instituciones oficiales que se dedican a la prevención del delito y al posterior tratamiento de las víctimas. Sin embargo, la ONG Karma Nirvana, nos ha dado una lección de innovación en la prevención. ¿Cómo? Muy sencillo o, mejor visto, quizá no tanto. Karma Nirvana ha puesto la imaginación y el sentido práctico y realista al servicio de la prevención.

La propuesta de esta ONG es la siguiente: aconseja a las mujeres (prácticamente niñas por su corta edad) que están siendo forzadas a salir de Reino Unido para convertirse en esposas sin su consentimiento, esconderse una cucharilla metálica en su ropa interior. ¿Qué se consigue con esta medida? Se consigue que, al pasar por la zona de seguridad de los aeropuertos británicos, el detector de metales pite y estas niñas puedan pasar a una zona restringida, y de forma individual, a hablar con una persona de seguridad. De esta forma, la posible víctima tiene la oportunidad de contar el caso de abuso que está sufriendo y pedir ayuda.  En el momento en el que la víctima cuenta la situación en la que se encuentra las personas responsables de la seguridad del aeropuerto, que están al tanto de la existencia de este tipo de delitos, puede impedir que la víctima viaje y pueda derivarla a los distintos instrumentos existentes para protegerla.

Esta es una idea que, de puro simple, es brillante. Cuando pensamos en planes de prevención se nos vienen a la cabeza intrincados proyectos que ocupan cientos de folios escritos, que tienen que pasar por decenas de departamentos oficiales, que requieren de presupuestos millonarios y que no siempre, por lo complicado de la propuesta y la escasez de recursos, pueden salir adelante. Desde luego, este tipo de planes de prevención, basados en profundos análisis, hechos por equipos de profesionales multidisciplinares, son necesarios. Sin embargo, esta pequeña (gran) iniciativa nos ha enseñado que, a veces, salvar a una persona de sufrir un delito o crimen es tan sencillo como usar la imaginación para poder darle a la víctima una salida que esté a su alcance.

Así pues, compañeros criminólogos (y no criminólogos) que os dediquéis a prevenir el crimen: no olvidéis que incluso, algo tan cotidiano como una simple cucharilla, puede ayudarnos a prevenir la comisión de un delito.

Victoria Pascual, criminóloga.

 

Referencias:

http://plasniskpedia.wikia.com/wiki/Archivo:Cucharilla.jpg IMAGEN 23/05/18

https://www.20minutos.es/noticia/3346971/0/cucharas-ropa-interior-medida-aueropuertos-suecia-frentar-matrimonios-forzados-ablacion/

 

 

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